En ese trasiego, para arriba y para abajo, dando tumbos y desplazándome ha ido mi cuerpo fluyendo en los diferentes escenarios, con más o menos dirección fija, con mayor o menor acierto.
Y sin querer los pasos pasan en diferentes direcciones, desde danzar salsa a tocar en los trolebuses mientras se cantan cuentos, de manifestaciones de muchas caras a charlas en las universidades tomadas, de clases de serigrafía con el tema de los sueños que conecta los hilos de tinta, y saltamos mientras tomamos talleres de teatro en varios escenarios que se nos van presentando, realizando la presentación de las ilusiones ya montadas. También Asaltamos a preguntarnos y a preguntar qué pasarán con los estudiantes de intercambio, mientras los coordinadores nos dan dudas largas sin resolver... y sin los que no están de intercambio también quihttp://www.blogger.com/img/blank.giferen resolver, resueltos a cambiar las cosas, de este "negocio" de la educación que Chile disfruta.
Mientras todo eso ocurre, tratamos de comprender, aprender, evaluando y disfrutando del momento, y sin perder el tiempo, con lo que se van levantado los pies del suelo por la inercia del balanceo, y uno si no toma aliento no sabe parar en esta ciudad.
Estas fotos corresponden al cerro donde vivo, ese montículo que tengo que subir y bajar cada día veces y veces, y que ya casi no me cansa la vertical hacia arriba...
Se trata de Cerro Alegre, un lugar bonito y tranquilo cerca de todo la marabunta de acontecimientos que por aquí se dan lugar.
Me gustaría ilustrar a los lectores con algún cuento o leyenda del cerro, pero da la causalidad de que no hemos encontrado ninguno presente... aunque hay varias versiones con respecto al origen de su nombre... una es por los bonitos jardines que tenían las casitas señoriales de los ingleses que colonizaron este cerro... y la otra versión es que los marineros y viajantes de mundo que llegaban a estas tierras venían a este cerro a "alegrarse" en compañía de una señorita de compañía, y valga la redundancia, que tanto redundaban que volvían cerro abajo, tras largas jornadas, sin dinero en los bolsillos pero con amplias sonrisas...
Aquí cada cual puede escoger la versión que más le agrade.
Los cerros aquí son como barrios y tienen su propia idiosincrasia, resultando este uno de los idiosincraticamente colonizados. Colonizados por habitantes de otras partes de mundo, con un poder adquisitivo más occidentalizado, atraídos por sus vistas, su tranquilidad, los bonitos colores de las casas y su cercanía con todo... Dando como resultado que en este cerro vive mucha mas gente extranjera que en otras partes de Valparaiso, y contrasta su realidad con la parte alta de la ciudad, que no en los ojos del turista y del ayuntamiento, donde las condiciones de vida son muy diferentes... la tendencia natural dentro de la ciudad parece ser ocultar esa parte de la realidad, pero si la buscas la encuentras.
Propongo unas cuantas fotos dentro del imaginario del lugar, con diagonales (a veces más o menos visibles) que van de un lado al otro para transmitir el movimiento continuo de las personas con este entorno, así como, de las subidas y bajadas del cerro happy y sus calles variadas.
En unas semanas si todo va bonito presentaré una exposición de fotografía en un bonito lugar llamado SubMora donde me dejaré los cuartos y el cerebro para hacer una cosilla alternativa de esas que nos gustan por aquí.
Espero no haberlos aburrido mucho con tanta palabreja... si quieren profundizar en alguno de los temas que propongo o crear algunos nuevos, creen no más.
Un gran abrazo...
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